Se acabo la estación, se acabo nuestro otoño, nuestro invierno, verano y primavera, llego la hora de cargar las maletas con las ropas usadas en cada estación, los disfraces que usamos a veces para fingir que todo estaba bien y los trajes de mil luces cuando no fingíamos y todo era real, también lleno la maleta con fotografías, con viajes, con mentiras, verdades y uno que otro recuerdo intenso como cuando te conocí, la primera cita y la primera vez.
Cuando dejas una estación no quiere decir que has perdido según dicen, cada final lo acompaña un comienzo, y cada comienzo un mundo de oportunidades y emociones nuevas, ahora que empiezo a caminar solo sin voltear atrás me pregunto quién habitara el espacio que dejo yo, quien escuchara esa voz de brisa contando cuentos de miedo en las madrugadas de lluvia?
Frente al espejo y él me obliga a empezar a estrechar lazos con la vejes, frente al espejo y me empezaran a faltar las caricias y a inundar las añoranzas. Tu y yo aun guardamos la distancia que conviene para no toparnos la mirada y como si fuera 11 de octubre quiero verte la cara con la luna a un lado, una caricia aun que sea áspera pero que sea tuya.