Thursday, August 27, 2009


Tengo unos 6 meses que no escribo y no es que no me haya pasado nada relevante, de hecho es todo lo contrario, me vi envuelto en una situación que a veces ni yo podía entender, estos últimos 6 meses fueron intensos y determinantes, definieron muchas cosas en mi vida, entre ellas mi rumbo y la forma de ver mi vida.
Hace 6 meses despertaba y las mañanas olía la brisa y lo fresco del aire y a veces en las madrugadas caminaba entre la casa y no escuchaba nada, los días eran largos y las noches interminables…

Hoy las madrugadas me saben a frutas y a lluvia débil de otoño, me saben a piel, a olores de tierra mojada que se meten por la ventana y me inundan el alma.
Las mañanas se me han hecho cortas y los días se estiran, las noches se volvieron pequeños momentos intensos que me detienen el corazón, es como vivir de nuevo la adolescencia, es como volver a descubrir las estrellas y volver a ver nacer a la imaginación, es volver vivir mi primera vez cada noche.

En estos 6 meses conocí a la persona mas especial del mundo, a la persona mas inteligente, a la mas capaz, a la mas valiente, a la mas tierna, a la mas humana, a la mas comprensiva, a la mas madura, a la mas hermosa de sentimientos y a la mas hermosa de cuerpo, de piel, de manos, de uñas y todas estas en una sola. He visto en una mano el dedo anular mas hermoso del mundo y por alguna razón lo tengo que dejar ir, a veces pienso que llego a mi vida muy tarde, otras veces que yo llegue demasiado temprano, otras veces que soy un idiota y unas mas que soy un suicida…

Mi vida por una rutina..
Alguien me contó de un elefante que en sus primeros años lo encadenaron y quiso ser libre pero no era lo suficientemente fuerte para romper la cadena y creció y cuando tuvo las fuerzas para romperla, esta ya le había encadenado las ilusiones y la fantasía. Es mi vida por una rutina.. Ahora que rompí la cadena no se que hacer, me siento perdido, tengo miedo, y a veces hasta deseo con todo el alma volver a la misma cadena.
A veces como hoy, siento que amo a mi rutina, extraño mis días donde cada uno era una copia del anterior, donde cada día era una suma de la desesperanza y que al final de la semana no alcanzaba el alcohol para compensar la balanza.
Bienvenida y adiós.